martes, 9 de septiembre de 2014

Azpiri – Lorna. Edición integral, libro 1 (2009)


 “¡Estos tíos me quieren violar y se me han olvidado las píldoras en la astronave!”

Recuerdo, siendo yo joven y despreocupado, leer a menudo dos cómics de firma española que más tarde descubrí eran leyendas del género (en aquel entonces, ignorante del mundo de las historietas, pensaba que eran mi secreto): uno de ellos, el Superlopez de Jan, os sonará a todos, o eso espero; el otro, era Mot, obra de unos tales Azpiri y Nacho (que colaboró también con otro grande, Ricardo, en mi querido Goomer).

Luego crecí, y me di cuenta de que Alfonso Azpiri era uno de los titanes del dibujo español. Aún más, la afición familiar por consolas retro hizo que mi padre me pegara la admiración por las ilustraciones que el dibujante español hacía para un sinfín de videojuegos (esa portada de Viaje al centro de la tierra de Topo, es así como la quintaesencia de las portadas de videojuegos), y que descubriera la que sería su gran creación: el personaje de Lorna, que protagonizaría una serie de cómics, un videojuego para Amiga (en 1990), y del que ahora están intentando hacer una película supervisada por el propio Azpiri. No solo, sino que hace poco pude conocer a este hombre, que además de tener talento es puro amor, y se reanimó mi pasión por sus obras.


He de decir, sin embargo, que Lorna me decepcionó ligeramente. Solo ligeramente. No sé qué me esperaba, la verdad, pero quizás no lo que me encontré. Esperaba descubrir una historia de acción en el espacio, de space opera, con un punto erótico muy importante, que es lo que siempre me habían vendido. Y lo que me encontré fue pornografía espacial, sin mayor profundidad.


Hay que matizar, ojo. Este primer volumen de la edición integral incluye tres historietas: Lorna y su robot, la primera que vio la luz, en 1989; Lorna Mouse Club, una de las más conocidas, de 1996; y La pequeña Lorna, un especial de apenas tres páginas realizado ex profeso para esta edición.

Las diferencias entre las dos primeras historias son abismales. Azpiri respeta al máximo la forma original en que se publicaron, y es por ello que Lorna y su robot no tiene color (aunque el tomo original lo incluyera hace años, en el momento de su publicación era en blanco y negro), mientras que Mouse Club sí está entintado (sería el primero que entintó). De igual modo, en Lorna y su robot el guión corre a cargo de Cidoncha, que creó el personaje con Azpiri. A partir de entonces, el resto de historias serían solamente de Azpiri, en dibujo y guión.

Y es algo que se hace notar, y mucho. La primera obra carece por completo de historia, y de continuidad salvo en un par de aspectos (con la presencia de los jeques del petróleo), y se limita, únicamente a desarrollar un humor un tanto simplón, pero cargado de juegos de palabras y referencias frikis, y a presentar una excusa tras otra para que Lorna se acueste con media galaxia y aparezca desnuda en sugerentes poses. Proponía el otro día alguien, cuando comentábamos el cómic, hacer un estudio sociológico para ver si hay alguna página que no presente al menos uno (cuando no varios) de los desnudos de Lorna; os ahorro el esfuerzo: no, no hay ninguna.

Mouse club, sin embargo, cambia las cosas. La historia, ya, está más definida, y se acerca más a mi idea original de Lorna, de una serie de aventuras con la sensual protagonista. De hecho, resulta curioso, porque mientras que en Lorna y su robot era Lorna la que se tiraba a todo lo que se le ponía por delante, en esta obra sucede justamente al contrario, y no hace más que rechazar a un acosador tras otro. La continuidad de la historia es mayor, y está mejor construida, y como añadido, el color (como en mi opinión sucede siempre) le da mayor presencia al fantástico dibujo de Azpiri.

En cuanto a La pequeña Lorna… no quiero decir mucho al respecto. Es una historia simpática, bonita y con un simbolismo precioso en la primera página, que me encanta. Pero el hecho de que Lorna, aun siendo una niña pequeña (de… ¿4 años? ¿5 años?), aparezca desnuda, me resulta un tanto extraño. Que sí, que es una niña monísima y preciosa. Pero incluso aquí no puede evitar Azpiri dotar de cierta sensualidad al personaje, y eso es, sencillamente, incómodo.

El volumen integral está, como curiosidad, prologado por ni más ni menos que Álex de la Iglesia. Que, en sus palabras, intenta explicar lo que supuso Lorna para su generación, pero cuya opinión que se trasluce podríamos resumirla en tan solo cuatro palabras: “QUERÍAMOS VER TETAS. TETAAAAAAAS”.

¿Malo? Para nada, pero no es lo que me esperaba. ¿Aconsejable? Pues si eres un adolescente hormonado, sí. Si eres muy fan de Azpiri, o del cómic español, por supuesto. Si eres mujer o simplemente te interesa el dibujo de este maestro, mejor échale un vistazo a Mot (por cierto, que en Mouse club aparecen seres de la misma especie que Mot, y es un cameo genial).

Allez-y, mes ami!

Buenos días, y buena suerte.

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LO MEJOR: el dibujo, sin lugar a dudas.

LO PEOR: el guión es realmente pobre en la primera historia, y aunque en la segunda cumple no es nada del otro mundo.

VALORACIÓN: 7,5/10. Puede parecer una nota demasiado alta para lo mucho que lo he criticado, pero 6 puntos de ella, sin dudarlo, corresponden al dibujo, que es una absoluta maravilla.

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