miércoles, 3 de septiembre de 2014

Mark Millar y John Romita Jr. – Lobezno: enemigo del estado (2004 – 2005)



 “—Le ha matado, coronel Furia. Lobezno acaba de matar a Spiderman. Hemos sacado su cadáver de entre los escombros hace veinte minutos.
—¿Qué?”

Esa cita para abrir la crítica no es un spoiler. No del todo, al menos. Cuando lo leáis entenderéis por qué. No me asesinéis todavía.

Últimamente me ha dado bastante por la lectura de cómics, especialmente de la escuela norteamericana. La franco-belga y la japonesa (especialmente esta última) siempre las he tenido más trabajadas, pero Marvel, DC y compañía estaban un poco alejados de mis estantes. Ahora, no sé si a raíz del cine de superhéroes, de mi renovada pasión por personajes que de joven adoraba, o debido a la influencia de mi amigo Panmios de Superman lee a Poe, que es mi biblioteca y consejero superheroico particular, pues el caso es que cada día me meto más en faena.

Este número que os traigo hoy, sin embargo, no fue algo que me recomendara él, y ambos coincidimos en que es un cómic decente, pero no de lo mejor de Millar. Lobezno: enemigo del estado plantea una historia que, per se, me encandiló: el mutante al que todos queremos más es asesinado por una coalición de supervillanos (Gorgón, La Mano e Hydra), que lo resucitan con un lavado de cerebro y lo envían contra sus antiguos aliados. Comienza así un juego letal donde el antiguo héroe es una máquina de matar dispuesta a acabar con Los Cuatro Fantásticos, Daredevil, El Capitán América, los X-Men (bueno, la Patrulla-X en los cómics), Elektra o quien se le ponga por delante.

Con una historia así, el juego que podía haber este arco argumental en seis capítulos es enorme. Podía haber servido la trama para construir unos números realmente oscuros e incisivos, y aunque algo de eso hay en el resultado final, no deja de parecer sino un guión a base de peleas que intenten dilucidar quién es más fuerte, pero sin consecuencias reales (o no demasiadas, al menos), para el Universo Marvel.

Y, aprovecho para comentar, se ve ahí una enorme diferencia con lo último que leí de Millar, Marvel Zombies, donde una historia más oscura, aunque pueda no tener tampoco consecuencias en el canon del Universo Marvel (al tratarse de una realidad alternativa) sí que da pie a situaciones verdaderamente trágicas y siniestras, que aquí es difícil encontrar por ninguna parte.

Cierto es que la historia está bien desarrollada, y que es muy interesante el juego con el personaje de Lobezno, que una vez resucitado lucha como si de Gollum se tratara con la conciencia que le ha implantado Hydra, intentando resistirse sin demasiado éxito. Resultan además geniales puntos como el hecho de que su primera aparición en el arco sea con sus pintas de maleante, sin traje (como es en las películas), pero una vez resucitado se le devuelva el traje, para darle un toque clásico a la historia que le da mucho encanto.

Siguiendo con ese aspecto, hay que decir que el apartado de los dibujos, a cargo de John Romita Jr., es realmente impecable, y hay varias ilustraciones a página completa con una enorme fuerza narrativa. Lo mismo puede decirse de las cubiertas, en las que participan el propio Romita, Klaus Janson, Paul Mounts y Richard Isanove (entintador de 1602, que ya criticamos aquí).

El resultado final, como apuntábamos más arriba, es entretenido, pero no excelente, y deja una obra que aunque cumple, podía haber sido mucho mejor de lo que es.

Allez-y, mes ami!

Buenos días, y buena suerte.

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LO MEJOR: el planteamiento de la trama y el dibujo.

LO PEOR: la historia está muy desaprovechada.

VALORACIÓN: 6,75/10. Decente y entretenido, pero poco más.

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