Nosotros
dos nunca nos sentíamos solos, y nunca teníamos miedo estando
juntos.
La
I Guerra Mundial fue un shock tremendo. Una generación totalmente
destrozada por un conflicto terrible y cruento que ni siquiera
consiguió terminar con las hostilidades de forma permanente, ya que en
1939 Europa volvió a ser sumergida en la barbarie. La literatura
reflejó a la perfección el horror de las trincheras con obras icónicas como Sin Novedad en el Frente de Erich Remarque o Adiós a las Armas de
Ernest Hemingway.
Hemingway
no tenía ni veinte años cuando se alistó como voluntario de la
Gran Guerra en la Cruz Roja. Fue herido, y en el hospital sufrió su
primer gran desengaño amoroso con una enfermera que rechazó su
propuesta de matrimonio. Años después, ya en París siendo uno de
los puntales de la Generación Perdida, publicó esta gran
novela que marcó en la
literatura mundial.